Gana el futuro. Se fue a Madrid

La izquierda madrileña ha sido duramente derrotada en las últimas elecciones.

Es decir, y si vamos a sentar las bases para su recuperación, no debemos poner un paño caliente, ni refugiarnos en la complacencia.

Sin embargo, este no es el final de todo. Rosario Sánchez no se rindió cuando lo llevaron a la cárcel de Ventas. Marcelino Camacho tampoco se rindió cuando la policía lo arrestó, junto con el resto de su dirección sindical en Pozuelo de Alarcón. Tampoco Julio Anguita, cuando la formación por la que tanto había sudado perdió la mitad de la voz en 2000.

Debemos seguir los pasos de la infinita grandeza de estos referentes, aprender de su indestructible moral y absorber su valentía en la prueba de cualquier dificultad. Hemos aprendido tanto de tanta gente que, para la militancia de Izquierda Unida, la palabra rendición simplemente no existe.

Pero, no los olvidamos, también aprendemos de ellos que el trabajo político requiere un análisis sincero e innumerables realidades.

El ayusismo (el rostro del neoliberalismo radical y desenfrenado) ha ganado.

Pero el 4 de mayo pasado, sobre todo, prevaleció la desesperación. La desesperación provocada por la pandemia y el encierro, por la falta de perspectivas y por la precariedad de la vida. Ante esta desesperación, no sabemos cómo afrontarla con la suficiente solidez y solvencia.

La clase trabajadora, en su mayor parte, no quiere escuchar la grandeza. Quiere recuperar su vida, vivir en condiciones decentes, llegar a fin de mes, tener un trabajo, facturas asequibles y servicios públicos decentes. Quiere luchar por su realidad cotidiana, dejar de pasar hambre o acabar con el ataque sistémico a las mujeres.

La mayoría social de Madrid no espera de las organizaciones de izquierda que presentemos mensajes metapolíticos como la dicotomía democracia-fascismo, especialmente en un contexto donde la democracia es más que limitada, y el uso continuado del término fascismo puede llevar a su subestimación. .

Por tanto, la izquierda, si quiere desplazar derechos de las instituciones antes de liquidar los derechos que dejamos atrás, debe prestar atención y dejar de ser tibia. Tenía que volver a la materialidad y no contarle a la gente sobre la película. Los gobiernos no son poderes (aunque son muy importantes). Y el poder (real) solo puede alcanzarse para la clase obrera a partir de la lucha, propuestas claras y, sobre todo, organización social, sindicatos y política.

IU Madrid celebra la I Asamblea en un contexto de incertidumbre generalizada y con el reto de ser un instrumento útil para los trabajadores. Nuestro objetivo debería ser orbitar en torno al supuesto de cambio político hacia los problemas materiales de los trabajadores madrileños.

Todo ello con la perspectiva unitaria que nos ha caracterizado desde la conformación de nuestra federación en 2016. Unidad bajo el estricto protagonismo del programa, en torno a un claro proyecto de clase y propuestas de participación democrática entre todos los actores que integran el encuentro. .

Las organizaciones de izquierda están cambiando, ciertamente no tenemos ningún problema en admitirlo, hemos cometido graves errores y, por un lado, hemos perdido el impulso mostrado por la Huelga General, la Marcha de la Dignidad, Tides o hace 15M años, por dar ejemplo. . En esta línea, cabe señalar cómo las tendencias escleróticas de algunos aparatos de partido han forzado la dinámica de las negociaciones de entrega contra el ímpetu de la movilización popular, en lo que constituye una terrible falacia política.

El futuro, para los izquierdistas que pretenden debatir verdaderamente sobre el poder político, debe implicar revertir la dinámica constante de la lucha, internalización y lucha interna de Caín.

Es decir, hay que dejar de ser tonterías, dejar de lado las diferencias y construir alianzas populares de base amplia que se apoyen en programas mínimos, normalización de diferencias, alta participación social y mecanismos democráticos para las instituciones de resolución de conflictos. .

La verdadera unidad del pueblo, que trasciende la mera unidad electoral, se basa en la escucha y la colaboración. Nunca por coacción o competitividad. Es muy importante respetar la opinión de nuestro pueblo y, además, la importancia fundamental de la militancia de Izquierda Unida y otras organizaciones en este proceso, salvaguardarla y respetarla.

La experiencia y el peso de formar parte de Unidos Podemos nos ha proporcionado inmensamente, pero los hechos nos muestran la urgencia de poder armar nuestra hoja de ruta con una llamada de determinación para ampliar el espacio y mejorar realmente su funcionamiento.

Para ello, y con el objetivo de contribuir a la reconfiguración de la expresión política de unidad dentro de la Comunidad de Madrid, hemos recopilado para la próxima Asamblea de IU Madrid un extenso documento de análisis y propuesta que hemos titulado «Izquierda por Madrid». Defendemos el liderazgo de las asambleas de base y el poder de su debate, y la trayectoria de las luchas que han moldeado la carga histórica de Izquierda Unida.

Queremos expulsar a los ultras que nos gobiernan en la Región, pero sobre todo ofrecer una alternativa laboral para que la mayoría social, la gente humilde de Madrid, pueda vivir en condiciones dignas y tener el control de su vida.

En Izquierda Unida Madrid aspiramos a ser una de las organizaciones líderes en este importante desafío.

Te aseguramos que dejaremos nuestra piel en ello. Porque estamos jugando a algo mucho más grande que la propia IU o cualquier otra organización: el futuro de la clase obrera madrileña.